Dirección y creación: Daniel Abreu
Interpretación: Diego Pazo, Dácil González y Daniel Abreu
Distribución: Elena Santonja
Colabora: Centro Coreográfico Canal, Provisional Danza, Centro Cultural Villa de Móstoles, Ángel Rojas y el Centro Coreográfico María Pagés




Esta obra creada para espacios no convencionales, se inspira en el juego de las relaciones para crear un paisaje de movimiento muy visual. Contarse como opciones de un enorme ecosistema y las muchas maneras de mirar que nos habitan desde lo coreográfico.

Se presenta con personajes danzantes que se entrelazan y observan desde la exigencia de ser algo o alguien a cada momento.

Tres intérpretes que cruzan extremidades y torsos por el placer de bailar y por la obviedad de las diferencias, las de uno mismo y frente a los otros.

Dice John Berger: Es fuera de las ciudades donde la naturaleza, la geografía, el clima, poseen su fuerza máxima, su mayor capacidad de impacto, lo que establece los horizontes. En el interior de las ciudades, cual si estuviéramos en una torre sin vistas, no hay horizontes (…) La dirección de la selva es fértil, politeísta, mortal. La dirección de los desiertos es severa, de línea inalterable.